Cuando de géneros
periodísticos se trata hay que decir que existen varios: crónica, opinión,
deportivo, religioso, entre otros. Ninguna escuela de comunicación considerará
el “pronóstico del futuro” como género válido a la hora de informar
objetivamente. Sin embargo hace unos días, en Ecuador, un diario local se
permitió hacer vaticinios sobre la vida interna de la Iglesia Católica.
Tomándose en serio un
falsedad creada y afirmada por el mismo medio de comunicación, lanzaron una
afirmación sobre lo que esa supuesta situación generaría a nivel de los
pastores de la Iglesia. La supuesta contradicción entre la predicación del Papa
Francisco y la doctrina de la Iglesia (afirmación del diario) haría surgir una “dura
oposición por parte del clero” (cita textual). Parecían estar convencidos de su
propia mentira.
Nadie puede conocer el
futuro. Los analistas políticos o económicos suelen hacer pronósticos, siempre
teniendo el cuidado de resaltar que es una apreciación personal, pero este no
era el caso. El periodismo no considera un caso como el citado, ningún
comunicador profesional se atrevería a ponerse a la altura de los adivinos o
los videntes, puesto que la predicción del futuro no es parte de su profesión.
El objetivo de mi
reflexión es resaltar el valor y la responsabilidad de quienes hacemos
comunicación. No podemos publicar como hechos cosas que aún no han sucedido y
que nadie sabe si llegarán a suceder. Quienes hacen uso de un medio de
comunicación esperan encontrar información exacta, veraz y contrastada. Si
quisieran saber el futuro consultarían a los cartománticos.
El fin no justifica a los Medios.
P. César Piechestein