"Porque el fin no justifica a los
Medios."

martes, 11 de agosto de 2015

Falsedades en primera plana

El periodismo, al igual que toda profesión, tiene unas reglas y unos límites dictados por la ética, que los que trabajamos en comunicación debemos respetar. De hecho, el medio de comunicación que no se atiene a esas normas pierde lo más importante: la credibilidad. La semana pasada, en Ecuador, un periódico publicó en primera plana varias afirmaciones que no entran dentro de lo que se puede considerar una noticia, porque no se remitían a los hechos, demostrando desconocer los fundamentos de la comunicación social y haciendo con ello desinformación. 

Es por todos conocido que lo controversial llama la atención y que la religión puede ser utilizada en ese sentido. Afirmar que el Santo Padre “contradice la doctrina” es además de falso, malicioso. Si la afirmación fuese demostrable, correspondía al periodista citar con documentos los puntos doctrinales cuestionados, cosa que no hizo el periodista. No lo podía hacer porque no existe ninguna contradicción entre lo que el Papa predica y lo que la Iglesia ha enseñado. 

 Es regla, que cualquier comunicador conoce, que no se puede afirmar algo que luego uno no puede demostrar, de lo contrario estaría mintiendo. En las facultades de periodismo se enseña a comunicar con objetividad, pero parece que a muchos se les hace difícil ser objetivos cuando el tema es la religión. Algunos aducen que es por ignorancia del tema, pero creo que más bien es por irresponsabilidad y falta de respeto al credo de los demás. 

El Papa Francisco y el próximo Sínodo Ordinario buscan renovar, fortalecer y actualizar la pastoral con respecto a la familia. A todos nos interesa que ese mensaje llegue claro y de forma transparente a todo el mundo. Ojalá la prensa escandalosa no vea en eso una oportunidad para llamar la atención y se olviden de la ética profesional. Su propia credibilidad está en juego. 

Porque el fin no justifica a los Medios.

P. César Piechestein

1 comentario:

  1. A veces, no miran sus enfoques y no les importan si dañan la imagen de las personas o instituciones; buscan su bien personal, no son profesionales al momento de investigar la información y publicar. Hay que preguntarles ¿Cuáles son las metas y objetivos de la información?¿Qué desean mostrar a las personas?¿Cuáles es el mensaje positivo que desean darles a las familias?, etc..... No hay censura en lo que se pública, cuando se lanza la piedra y rompe la cabeza de alguien, por más que pidas perdón y lo lleves al médico, la herida siempre estará, y causa trauma en la persona afectada, así es la información lastima a las personas el daño no se borra.................

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